domingo, 19 de febrero de 2012

Y al terminar la carrera...

La pregunta del millón, pienso yo, para la mayoría de los estudiantes universitarios, y aún más cuando llevas más de la mitad de la carrera cursada, es: ¿en dónde voy a trabajar al terminar la carrera?, ¿a qué me voy a dedicar? Y no basta con que tu mente te lo pregunte una y otra vez, con el terror de ser parte de ese gran porcentaje de egresados desempleados, ¡claro que no! Nuestros padres, hermanos, amigos, conocidos y maestros suelen hacernos esta pregunta. 

Somos varios los estudiantes que entramos a la universidad queriendo dedicarnos a cierta área y, conforme avanza la carrera, nos damos cuenta que hay otras áreas que nos gustan más o que nos parecen más interesantes. Entonces esas áreas se convierten en opciones viables para desarrollarnos profesionalmente. 

Algo muy parecido me pasó a mí. Al entrar a la carrera, y desde que estaba en la secundaria, quería dedicarme al periodismo. Ahora, el periodismo es una de las áreas que más me interesa para desarrollarme profesionalmente, sobre todo el periodismo cultural y el periodismo ambiental, pero tengo también otras opciones. Una de ellas, y la que se parece más factible de todas, es vincular de alguna forma la comunicación con el arte, más específicamente, con la música.  

Hacer una maestría es algo que estoy considerando seriamente. En un futuro me gustaría hacer una maestría en arte y cultura, o algo relacionado. Otra opción sería una maestría en ciencias sociales o en comunicación. En la UABC tienen la Maestría en Comunicación. En el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara se ofrece la Maestría en Ciencias Sociales. En el Tecnológico de Monterrey se ofrece la Maestría en Ciencias en Comunicación. Sin embargo, la maestría que más me intereso fue la Maestría en Estudios Artísticos, en la Facultad de Artes-ASAB de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, en Bogotá, Colombia. 

Aún no estoy segura de a qué me quiero dedicar profesionalmente, estas son las opciones que tengo el día de hoy. El día de mañana tal vez mis planes cambien, no lo sé, pero por hoy, tal vez esto pueda contestar la gran pregunta del millón.



A continuación, incluyo los links de la información de las maestrías aquí mencionadas:


La investigación a lo largo de mi carrera

Es curioso, ahora que lo pienso, pues cuando entre a la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, lo último que quería hacer era ciencia. La idea de investigación me daba un poco de miedo y, al escuchar la palabra, lo primero que venía a mi mente era un sujeto loco, de lentes, antisocial y sin tiempo para nada más que leer. No era precisamente la vida que quería tener. Sin embargo, después de varios semestres en la carrera (cinco completos para ser exactos), y varias clases donde hemos desarrollado proyectos de investigación, mi forma de verla es muy diferente. 

La primera clase cercana a la idea de investigación fue Introducción a la ciencia, en segundo semestre. Recuerdo un ejercicio donde nosotros debíamos de hacer una pregunta de investigación, aplicable a la carrera en la que queríamos entrar (estábamos en trocno común, por lo que había alumnos de otras licenciaturas, también en el área de las ciencias sociales). Recuerdo también que a muchos de mis compañeros se les dificultó ser específicos. A mí no se me dificultó eso, a mí se me dificultó encontrar una pregunta de investigación sobre la comunicación, lo que era peor. Terminé haciendo una pregunta más bien para el área de psicología, algo sobre el cambio climático y su influencia en ánimo de las personas.

En tercer y cuarto semestre, ya con materias más enfocadas en la comunicación, no realicé  ningún trabajo que pudiera considerar como proyecto de investigación. Más bien, me pedían escribir ensayos, que requerían hacer una búsqueda y lectura previa de libros sobre comunicación y de artículos de investigaciones ya realizadas. A partir de esas lecturas, puntos vista de diferentes autores, investigaciones sobre la comunicación, teorías, y cuanta cosa que había que leer, me fui dando cuenta de la importancia de la investigación en un área tan compleja como es la comunicación. Cuando intenté comprender el proceso comunicativo, y cuando me di cuenta que no era tan simple como lo había aprendido años atrás, fue cuando empezaron las preguntas.

El semestre pasado (es decir, quinto) fue algo como el semestre de la investigación. Tal vez no fueron tantos los proyectos que realizamos, ni eran proyectos tan significativos, pero era más investigación de la que yo había hecho en toda la carrera, por no decir en  toda mi vida. 

En uno de ellos, en la clase de Teoría de la comunicación III, debíamos crear una propuesta para incidir en una problemática social a partir de la comunicación. Nuestro proyecto era acerca de la comunicación asertiva en adolescentes de la Escuela Secundaria #54. Leímos, buscamos productos comunicativos sobre el tema, y luego hicimos el diagnóstico del problema. Nos dimos cuenta que las formas en que los alumnos se comunicaban eran principalmente violentas. Se gritaban, correteaban, golpeaban, se abalanzaban sobre otros, en fin, los maestros no los podían controlar. La forma en que intentamos incidir fue realizando un taller sobre comunicación asertiva, donde les haríamos entender que, para que la comunicación fuera eficaz, ellos debían ser tolerantes con sus compañeros, así como respetar las diferencias que había entre ellos. Después de platicar con los alumnos, de estar con ellos, notamos que cuando nos comunicamos con ellos respetuosamente, sin gritos o regaños, y con tolerancia, pero firmes, muchos de ellos respondieron de la misma forma.

Para la materia de Métodos de investigación cuantitativos realizamos un proyecto pequeño acerca de la deserción escolar. No hubo muchas conclusiones satisfactorias, pues conseguir los datos fue toda una odisea, y lo poco que pudimos conseguir no era muy relevante. 

Una de mis materias favoritas fue Guionismo. En esta clase realizamos un guión documental sobre la música cristiana. Al principio queríamos mostrar los diferentes géneros musicales que existían en el ámbito de la música cristiana. Así que buscamos mucha música de este tipo, entrevistamos grupos que tocaban diferentes géneros de música cristiana y a músicos cristianos profesionales. Al final tuvimos que cambiar de tema, pues las entrevistas nos reflejaban otro tema aún más relevante que los géneros musicales: la percepción que tienen músicos cristianos sobre lo que hacen, sobre la música dedicada a Dios. Ellos la ven no solo como música, sino como una forma de comunicarse con Dios, y de comunicar su fe a otras personas a través de la música. 

La materia en la que hicimos el proyecto de investigación más serio de toda la carrera, y en la que más sufrí, pero también una de las que más satisfacciones me dio, fue Semiótica. Nuestro proyecto era un análisis antropo-socio-semiótico (nos benefició mucho tener a un estudiante de sociología en el equipo) sobre el rito funerario velorio, donde pretendíamos saber cómo es que las personas dan sentido y le otorgan significado a los velorios. Después de leer mucho sobre este rito y (usando como metodología la observación participante) observar diferentes velorios en el velatorio DIF, pudimos darnos cuenta que el velatorio (este velatorio en específico) determina muchos aspectos del rito. También que en este rito, la persona con mayor jerarquía es el difunto, aunque en algunos momentos esto puede cambiar. Pudimos notar que la dinámica en este rito depende del lugar en donde se encuentren las personas dentro del velatorio, por ejemplo, afuera del velatorio la gente conversa, algunos ríen e incluso toman bebidas alcohólicas. No así dentro de la capilla, donde la gente susurra para hablar. En fin, pudimos aprender mucho sobre este rito, y sobre la materia. 

Después de todos estos proyectos donde la investigación tuvo un lugar importante, mi percepción ante esta idea de investigar ha cambiado mucho. Ahora veo a la investigación como una actividad muy noble, que, aunque sí requiere leer bastante, también requiere observar nuestro entorno de una forma más crítica. Requiere analizar y reflexionar sobre lo que sucede día con día y cuestionarnos. Requiere tal vez hacer entrevistas, encuestas, observar. Ya no le tengo miedo, le tengo respeto, un profundo respeto.